El labrador y la serpiente.
Una serpiente se acercó arrastrándose a
donde estaba el hijo de un labrador, y lo mató.
Sintió el labrador un dolor terrible y,
cogiendo un hacha, se puso al acecho junto al nido de la serpiente, dispuesto a
matarla tan pronto como saliera.
Asomó la serpiente la cabeza y el
labrador abatió su hacha, pero falló el golpe, partiendo en dos a la vecina piedra.
Temiendo después la venganza de la
serpiente, dispúsose a reconciliarse con ella; más ésta repuso:
-Ni yo puedo alimentar hacia ti buenos
sentimientos viendo el hachazo de la piedra, ni tú hacia mí contemplando la tumba de tu hijo.
No
es tarea fácil deshacer grandes odios.
El PERDÓN de hoy es la espiritualización del mañana |
"El hombre se hace poderoso perdonando para no caer en la ley del talión" Administrador
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